Los equipos de rescate buscan este sábado sobrevivientes entre las al menos 300
personas que se cree que permanecen enterradas, según medios locales, tras una
avalancha de tierra en una aldea remota del norte de Papúa Nueva Guinea.
La ONG australiana Australia Care, presente
en Papúa Nueva Guinea, indicó hoy en un comunicado enviado a EFE que las
autoridades de la provincia de Enga han desplegado un equipo en la localidad de
Kaokalam, unos 600 kilómetros al noroeste de la capital, Port Moresby, donde el
viernes a las 3 de la madrugada sucedió la catástrofe.
Las autoridades todavía no han dado aún una
cifra oficial de víctimas mortales, pero el parlamentario Aimos Aken declaró al
periódico Post Courier que el deslizamiento "enterró al menos a 300
personas".
El reconocimiento inicial del primer equipo
de rescate, formado por efectivos del gobierno y la Policía provinciales, la
Policía nacional y del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, más de
60 viviendas quedaron totalmente destruidas y se desconoce el paradero de todos
sus moradores.
En sus declaraciones al Post Courier, Aken
multiplicó esa cifra e indicó que eran 1.182 las viviendas sepultadas.
Además, según el comunicado de Care
Australia -redactado a partir de las informaciones ofrecidas por las
autoridades provinciales- existe el riesgo de que las rocas y la tierra que
cayeron en la aldea con la avalancha vuelvan a moverse montaña abajo y
provoquen otra catástrofe en pueblos situados en la parte más baja de la ladera.
Alrededor de 4.000 personas viven en la
zona donde ocurrió el alud, aunque la ONG estima que el número de personas
afectadas es mayor ya que el pueblo en el que ocurrió es un lugar en el que se
refugian lugareños que huyen de conflictos y enfrentamientos en aldeas
cercanas.
Buena parte de la aldea de Kaokalam quedó
enterrada por una capa de entre seis y ocho metros de rocas y piedras y la
avalancha afectó a una zona de más de 200 kilómetros cuadrados, incluidos unos
150 kilómetros de la principal carretera de la provincia, lo que dificulta las
labores de rescate y de ayuda a los supervivientes.
Según Care Australia, los afectados tienen
necesidad "urgente" de agua, alimentos y un techo en el que
guarecerse.
A pesar del elevado número de víctimas, son
pocos los cuerpos que se han conseguido rescatar, según la cadena estatal
australiana ABC, debido a la necesidad de maquinaria para mover las piedras y
la tierra que sepultaron la aldea. Testigos declararon a la ABC que tienen
miedo de nuevos desprendimientos de tierra en esta área montañosa y pidieron al
Gobierno que envíe apoyos para garantizar la seguridad de los pueblos de la
zona.
El área afectada suele padecer de lluvias
intensas e inundaciones, y los desprendimientos no son inusuales en el país, en
el que, pese a la riqueza en recursos naturales, una gran parte de sus más de
nueve millones de habitantes vive en extrema pobreza y se encuentra aislada por
déficit de comunicaciones e infraestructura, especialmente en lugares remotos
como el de la actual catástrofe.
Info y fotos: EFE