Cuando el reloj marcaba las 2:00
de la tarde, el piso 6 del área de oncología del Hospital Federico Lleras de
Ibagué se pintó de verde y esperanza con la llegada de más de 6 uniformados
del Grupo de Protección a la Infancia de la Policía Metropolitana de Ibagué, que
iban con una misión muy especial, celebrar el primer año de vida de Samuel, el
protagonista de esta historia.
Samuel Vargas, padece de una retinoblastoma
bilateral, un cáncer ocular poco frecuente que se presenta en la retina de los
niños, y que con el pasar del tiempo, sin el debido tratamiento puede llegar a
afectar la vista por completo.
La historia de Samuel y de un grupo de
policías de la Metropolitana de Ibagué se selló cuando los uniformados
atendían un caso de abuso sexual en el hospital, allí, la señora Diana, madre
de Samuel, se acercó a los policías y les contó un poco de su vida familiar, de
la condición medica de su hijo de un año y de la ilusión que ella y su esposo
tenían de poder celebrar el cumpleaños, de a quien ellos llaman, un ángel de
Dios.
Samuel es el segundo hijo, su hermano
Matías Vargas de 3 años, sufre la misma enfermada congénita, y como si fuera
poco, la señora Diana de 22 años, solo puede ver por el ojo derecho.
Esta
familia es residente en el municipio de planadas Tolima, desde donde
constantemente viajan para asistir a los controles que deben recibir los dos
pequeños de la casa.
Las necesidades económicas, de salud de sus
hijos, y la perdida de los enseres de su hogar en un incendio en el mes de
diciembre, marcaron a los uniformados que la escuchaban con total atención y
reflexionaban sobre las vicisitudes de la vida.
Con la misión encomendada, este grupo de
policías se puso en la tarea de conseguir los recursos para celebrar los
cumpleaños del gran Samuel y apoyar de alguna forma, a la familia.
Al Grupo de Protección a la Infancia están vinculados alrededor de 30 uniformados, cada uno, dono dinero y algún
elemento de la canasta familiar, para organizar un mercado generoso.
Ya estaba todo listo, los protectores de la
infancia estaban a la espera de que la señora Diana confirmara que día Samuel debía viajar nuevamente desde Planadas hasta Ibagué, a su cita para el
tratamiento contra el cáncer.
Y fue así, como en el piso sexto del Federico Lleras el aire estaba cargado de emoción. Globos de colores flotaban en el techo y
una pequeña mesa sostenía un pastel adornado con frutas y una vela brillante,
con lo que se dio inicio a la primera celebración de cumpleaños de Samuel.
A pesar de su corta de edad y de su condición
médica, el gran Samu, por momentos destellaba una sincera sonrisa que
irradiaba en el salón. Esa pequeña sonrisa, llenaba de felicidad a los
uniformados que se dieron cita para su celebración, y que esa
tarde, encontraron en Samuel y su familia, un aliciente para seguir trabajando
día a día por el bienestar de la niñez.
Al finalizar la tarde, Samuel, se alistaba
para regresar a casa en el municipio de Planadas, su madre lo llevaba aferrado
en sus brazos, con el corazón lleno de gratitud, atrás quedaban las paredes
blancas y el aroma a hospital; por unas horas, la condición medica del gran Samu, dejó de ser la protagonista, esa tarde, solo importaba la risa y
felicidad de un pequeño niño y su madre que, a pesar de todo, se convirtieron
en un ejemplo de vida para todos.
Fuente METIB.