Con ninguno de los fuegos bajo control y
nuevos sumándose a medida que pasan las horas, los incendios más destructivos
de la historia de Los Ángeles parecen no tener fin.
En la tarde de este jueves empezó a arder
otra zona del noroeste de la ciudad, cerca de las exclusivas áreas
residenciales de Calabasas y Hidden Hills. Media hora después, un hombre fue
detenido como sospechoso de haberlo provocado y está bajo custodia del
Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), a la espera de ser interrogado.
Con el nuevo incendio, son ya seis los
focos que cientos de bomberos combaten desde que se encendió la primera llama
en la mañana del martes en Pacific Palisades.
Los evacuados llegan casi a los 200.000 y
las edificaciones dañadas superan los 9.000.
A última hora de la tarde de este jueves el
forense del condado de Los Ángeles confirmó 10 fallecidos, lo que duplica la
última cifra dada por las autoridades.
"En un momento dado, podremos hacer
una búsqueda más exhaustiva de las áreas afectadas — algunas parecen haber sido
alcanzadas por una bomba—. Podremos traer K-9 (perros de búsqueda y rescate)
que nos ayuden a descubrir, con surte, no demasiados muertos", dijo el
alguacil del condado de Los Ángeles, Robert Luna, en una rueda de prensa el
jueves en la mañana.
"Rezamos por ello (para que no sean
demasiados). Esto es una crisis y no sabemos qué nos puede deparar, aunque
estamos preparados para todo", añadió.
"Así que sean pacientes con nosotros
cuando nos preguntes sobre la cifra de muertos", siguió. "Hoy por
hoy, francamente no lo sabemos".
El alguacil Luna también informó que habían
detenido "a más de 20 personas" tratando de saquear casas evacuadas.
Para evitar ese tipo de situación, adelantó
que estaban valorando imponer el toque de queda entre las seis de la tarde y
las seis de la mañana alrededor de las zonas afectadas por los incendios de
Palisades y Eaton.
Qué provocó los fuegos sigue estando bajo
investigación, dijo en esa misma conferencia el jefe de bomberos del condado de
Los Ángeles, Anthony Marrone, repitiendo el mensaje del día anterior.
"En cuanto tengamos un indicio se lo
comunicaremos a los medios", zanjó.
Mientras, los meteorólogos advierten que
nuevos vientos de Santa Ana podrían seguir complicando la situación
sobre el terreno. Estos incendios serán unos de los más
costosos en la historia de Estados Unidos, adelantan los expertos.
Tal como están las cosas, el banco de
inversión estadounidense JP Morgan estima que las pérdidas económicas
ascenderán a alrededor de US$50.000 millones, una cifra que se ha más que
duplicado desde una estimación inicial del miércoles.
"Vamos a empezar a allanar el camino
para que sus casas puedan ser reconstruidas rápidamente", dijo este jueves
la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, dirigiéndose a los afectados.
"Va a ser un esfuerzo enorme, pero
estamos listos. Haremos todo lo necesario para superar esta crisis y lo
lograremos, unidos".
Servicios de emergencia al límite
Los incendios en curso están llevando la
capacidad de los servicios de emergencia al límite.
Y es que, aunque la temporada de incendios
del sur de California solía empezar en mayo y acabar en octubre, hoy es ya
"un problema perenne", tal como subrayó el gobernador Gavin Newsom
este martes. "No hay temporada de incendios. Lo es
todo el año".
A los bomberos de la ciudad se les han
sumado otros de los condados vecinos, y las autoridades de California han
pedido ayuda más allá del estado. Nevada, Oregón y Washington ya han respondido
al llamado.
En algunos lugares los bomberos se quedaron
sin agua el miércoles por la alta demanda para apagar los fuegos.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, se
defendió de las críticas por estar de viaje en África cuando la ciudad empezó a
arder.
En el oeste de Los Ángeles, además de la
enorme destrucción que ha sufrido la zona de Pacific Palisades, la vecina
Malibú ha visto como cientos de casas frente al océano han sido destruidas por
el fuego, así como numerosas tiendas y restaurantes.
Cómo empezó todo
Las primeras llamas de esta oleada de
incendios sin precedentes se registraron en la mañana del martes en Pacific
Palisades, un área residencial de familias de clase alta y salpicada de
mansiones en el oeste de Los Ángeles, y en pocas horas ya se había quemado
cientos de hectáreas.
Este fuego ya es considerado el más
destructivo de la historia de Los Ángeles por la gran cantidad de construcciones
afectadas.
"Parece un infierno", le dijo
a Los Angeles Times Lori Libonati, uno de los miles de residentes
obligados a evacuar el barrio, antes de tener que abandonar la zona.
A última hora de la tarde del martes, a
unos 40 kilómetros hacia el interior, otro fuego se inició en Altadena, un
municipio del norte de Los Ángeles. Las autoridades se están refiriendo a ese
incendio como Eaton.
En las siguientes horas se les sumó otro incendio
al norte de Palisades, al que nombraron Woodley, y un cuarto en esa misma
dirección, cerca del municipio de Santa Clarita, bautizado como Hurst.
Y en la noche del miércoles se desató el
incendio en las colinas de Hollywood. El jueves se alertó del inicio de otros
incendios a los largo del condado de Los Ángeles.
Los incendios se registran apenas dos
semanas después de que otro, al que llamaron Franklin, consumiera cientos de
hectáreas durante nueve días en la Malibú.
Los meteorólogos han advertido que estas
son las peores condiciones para un incendio en más de una década no solo en Los
Ángeles, sino en todo el sur de California.
"Son los vientos más destructivos que
hemos visto en décadas", le dijo a la BBC Ariel Cohen, meteorólogo a cargo
del Servicio Meteorológico Nacional en Los Ángeles.
"Estamos hablando de vientos de entre
128 y 160 km/h, que han ayudado a que el fuego se propague", subrayó. "El escenario es catastrófico".
Fuente BBC News.