A propósito de la llegada de fin de año, la
marca de Viche Mano de Buey y su propietario Onésimo González, dio a conocer
una alternativa para alzar las copas con amigos y familiares, para recordar a
quienes se fueron y a quienes celebran sus vidas, con la bebida artesanal,
espirituosa y a su vez, símbolo de
resistencia y cultura de nuestro país. Así lo dio a conocer González, en pasado
21 de noviembre, en Bogotá.
El nombre "Viche" llegó a Colombia
desde África, traído por las familias esclavizadas. Su significado es
"verde", haciendo referencia a un destilado que no ha sido terminado,
es decir, que no ha pasado por un proceso de doble destilación. Por esta razón,
la producción de esta bebida es 100% natural, sin adición de agua para su
hidratación, y libre de conservantes y saborizantes, a diferencia de los
procesos industrializados. Las características especiales de Mano de Buey son
resultado del territorio, su biodiversidad, su proximidad al océano Pacífico y
sus buenas prácticas de manufactura.
Consumir Viche/Biche también contribuye a la
conservación de la biodiversidad, ya que la siembra de caña utilizada en el
proceso se cultiva en pequeñas parcelas y como cultivos permanentes alrededor
de plantas frutales, con el objetivo de equilibrar los suelos. Además, algunas
de estas especies utilizadas se destinan a la siembra para el 'pancoger', lo
que convierte a Mano de Buey en un producto sostenible y sustentable.
A pesar de la existencia de la Ley 2158 de 2021, la Resolución Conjunta 113 de 2024, el reconocimiento del Ministerio de Cultura como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación y los esfuerzos de los productores de viche por su comercialización, esta bebida ha sido estigmatizada durante casi 200 años. Por ello, Mano de Buey y su productor han trabajado en la protección y reivindicación del viche, preservando la tradición y el legado de las familias del territorio.
Este esfuerzo ha permitido sustentar directamente e indirectamente a alrededor de 15 familias, encargadas de llevar a cabo todo el proceso de obtención de las cuatro presentaciones de Mano de Buey: viche puro, viche curao, macerado de hoja de coca y macerado de plátano.
El proceso comienza con el corte de la caña (variedad POJ-2878, que llegó al
territorio en 1935), seguido por la extracción del jugo, filtrado, decantación
(eliminación de sólidos flotantes y no flotantes), fermentación, destilación y
un proceso adicional de decantación durante dos meses del destilado obtenido,
antes de su posterior envasado y etiquetado.
Mano de Buey es un producto profundamente enraizado en el territorio. Se ha destacado por su calidad, lo que ha permitido que el voz a voz sea la herramienta más poderosa para su comercialización. Sin embargo, aún existen desafíos en torno al reconocimiento del viche, lo que hace necesario continuar con los procesos pedagógicos y fomentar su proceso de cara a los consumidores.
A lo anterior se suma la persistente competencia de otras
bebidas artesanales que se autodenominan autóctonas, pero que son producidas
fuera de los territorios establecidos por la Ley 2158 o Ley del Viche, lo cual
pone en riesgo la sustentabilidad económica de quienes dependen del destilado de
las comunidades que se enmarcan en la normativa.
Hoy en día, Mano de Buey tiene presencia en
gran parte del territorio colombiano, gracias a los clientes que han elegido el
producto y a las promociones realizadas en sus redes sociales (Facebook e
Instagram: vichemanodebuey). Además, se encuentra disponible en restaurantes,
gastrobares, plazas de mercado y otros puntos estratégicos.