Del 17 de octubre al 1ro de noviembre, El Bulevar de Río, en
Cali, se ha convertido en el lugar de concentración de los maestros y
productores de la bebida ancestral de Nariño, Cauca, Valle del Cauca y Chocó,
en su partición en la COP16, para reconocer y contextualizar su importancia en
el cuidado y protección del medio ambiente propiciados por la elaboración del
destilado de caña.
El cultivo de caña de azúcar en menor escala en medio de
otras especies de árboles para balancear, equilibrar los suelos y utilizarlos
como pancomer, así como lograr la aprobación de la Ley 2158 de 2021 y el nombramiento
Patrimonio Cultural Inmaterial, hacen del Viche, un producto sustentable y un
símbolo de tradición, cultura y resistencia de los afrocolombianos del litoral
Pacífico.
De la marimba de
chonta, el bombo y guasá, a la COP16, solo hay sabor, cultura e historia de
nuestros ancestros a través del Viche, la bebida artesanal presente en la Zona
Verde del Bulevar del Río, en Cali, del 17 de octubre al 1ro de noviembre, en representación
de las 4 regiones que pertenecen al Paisaje Cultural Vichero: Nariño, Cauca,
Valle del Cauca y Chocó; cada uno demostrando la autenticidad de cada
territorio, la pedagogía y la importancia del mismo, ante los retos que nos
plantea el medio ambiente para su protección.
Y es que, qué más que el destilado de caña, para representar
y enaltecer a las poblaciones negras afrocolombianas del Pacífico ante la Convención
Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP16); pues detrás cada
gota de la bebida fermentada, existen procesos agrícolas a menor escala que
aportan al equilibrio de los ecosistemas terrestres, convirtiéndose así en un producto
sustentable y una manera eficiente de transformar la materia prima en
Desarrollo Económico Territorial, preservando las comunidades.
“La siembra de la caña inicia desde parcelas ubicadas dentro
del territorio y se planta junto a otras especies de árboles como los maderables
y frutales, que aportan positivamente al equilibrio de los terrenos y al
balance del Ph de las tierras. Es decir, de esta manera el mismo ecosistema impide
la erosión de los suelos y a su vez nos permite tener cultivos libres de
agroquímicos u otras sustancias utilizadas para erradicar enfermedades en la
vegetación. Además, labramos nuestro pancoger”, expresó Onésimo González,
productor, maestro del viche de la vereda Soledad Curay, de Tumaco – Nariño, a
hoy, perteneciente a la quinta generación de una familia de tradición vichera.
A lo anterior se suma el papel importante de la bebida para
la conservación de la diversidad étnica, cultural y de los pueblos, y
convertirse en un claro ejemplo de resistencia ante la negativa de su
elaboración desde hace 200 años, aprox.
Los dos ítems en mención se evidencian
en los logros que las comunidades del litoral pacífico han podido conquistar,
como lo es la aprobación de la Ley 2158 de 2021 o Ley del Viche que, “reconoce,
impulsa y protege el Viche/Biche y sus derivados como bebidas ancestrales,
artesanales, tradicionales y patrimonio colectivo de las comunidades negras
Afrocolombianas de la costa del pacífico colombiano y se dictan otras
disposiciones” (MinSalud y Protección Social), y el declarar el producto
artesanal como Patrimonio Cultural Inmaterial, por sus saberes y tradiciones
asociadas a él.
“El viche está desde la cuna hasta la sepultura; nuestra
tradición espiritual dicta que las matronas en el proceso de partería, ofrecen
una gota de la bebida a su primogénito como bienvenida al mundo terrenal. Por
consiguiente, la preparación está con el sujeto en la felicidad, en la
tristeza; se convierte en su medicina tradicional y estará vigente en cualquier
otra situación y/o celebraciones hasta el día final en la tierra”, dijo
González, sin dejar a un lado su preocupación por el crecimiento de la libre
competencia del mercado y el auge que le genera para que el producto reciba su
registro para su circulación.
“El Viche se llama así porque tiene unas connotaciones como,
el tener un territorio, una familia generacional en elaboración de los
destilados y un maestro vichero detrás de la producción. El producto se debe
preparar dentro de los territorios; de no ser así, no puede llevar su nombre.
Por ende, es importante el registro que le permite al consumidor informarse
sobre aspectos importantes como el perfil, el lugar de fabricación, la generación
familiar de quien lo produce, entre otras características que certifique que el
destilado es de origen”, enfatizando que
el proceso va por buen camino.
Sin duda, la COP de la Gente y su agenda cultural como La
Ruta del Viche y la muestra Viche con sabor a Paisaje Cultural: Encuentro de
Saberes en torno a la biodiversidad, es de gran importancia para mostrarle al
mundo entero el valor significativo la ancestralidad, la cultura y el
compromiso de las comunidades colombianas con la protección del medio ambiente,
resumidas en un solo producto.
Esto gracias al Gobierno Nacional y a los Ministerio de las
Culturas, las artes y los Saberes de Colombia, y Ministerio de Ambiente y
Desarrollo del mismo país, así como a la Gobernación del Valle del Cauca y las
administraciones gubernamentales a las que pertenecen el Paisaje Cultural
Vichero.